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¿Cómo entender a tu hijo pequeño cuando aún no habla?

Durante la infancia, los bebés expresan sus emociones mediante el llanto, pero te habrás dado cuenta de que el llanto de un bebé suena diferente cada vez. Aquí tienes una guía rápida que te ayudará a reconocer qué información quiere transmitir tu bebé con su llanto.

  • Si el bebé llora durante unos segundos y luego deja de hacerlo de repente, como si esperara la reacción de los padres, es que quiere invitarte a que le acompañes y probablemente se aburre. Si no reaccionas de inmediato, el niño volverá a emitir un pequeño chillido y dejará de hablar de repente. Si el bebé no te espera, después de unas cuantas repeticiones de este tipo de llanto, puede empezar a llorar histéricamente.
  • El llanto antes mencionado también puede indicar hambre, pero los movimientos del bebé te ayudarán a distinguir entre un llanto de invitación y un llanto de hambre: cuando tiene hambre, el bebé gira la cabeza y mastica.
  • El llanto incesante, cada vez más fuerte, a veces chirriante y monótono, es señal de dolor: tal vez la dentición, tal vez un malestar estomacal. También hay veces en las que tu bebé te informa del dolor con un llanto silencioso y monótono, pero esto ocurre cuando tu bebé ya no tiene fuerzas para llorar en voz alta, tiene fiebre, le cuesta respirar porque tiene la nariz taponada, etc.
  • ¿Su pequeño resopla tranquilamente sin motivo, se acaricia las orejas, se frota los ojos o, de vez en cuando, moquea? Quiere que sepas que es hora de dormir.
  • Si tu bebé llora, está inquieto, agita los brazos, se retuerce o se contonea, debes revisar los pañales y tal vez haya llegado el momento de cambiarlos. Si viajas en coche, debes comprobar que tu bebé está cómodo en la silla y que los pliegues de tela del respaldo pueden molestarle. Comprueba también si tu bebé tiene demasiado calor o demasiado frío. Para ello, pon la mano en la nuca, entre los omóplatos. Si la zona está caliente, se debe desvestir ligeramente al bebé.

Aunque tu bebé aún no hable, puede enviarte información a través de sus movimientos. Los principales movimientos que envían determinados mensajes son:

  • ¿Rueda la espalda cuando da de comer a tu bebé? Esto podría ser un mensaje para ti sobre el reflujo en tu bebé. Cuando un niño pequeño está enfadado, intenta ayudarse a sí mismo. Si el comportamiento no parece estar relacionado con la alimentación, es posible que el bebé simplemente esté disgustado y necesite que le consuelen o le cojan en brazos.
  • Mover activamente las piernas puede significar eso:
    • Hace poco que ha descubierto sus patitas y ha aprendido a usarlas, lo que le da mucha alegría;
    • El bebé da patadas y se retuerce: lo más probable es que algo vaya mal o le duela. Puede que tu bebé sufra cólicos o que te diga que es hora de cambiarle los pañales.
  • El sistema nervioso inmaduro de un recién nacido le hace apretar los puños. Abren sus manitas alrededor de la octava semana de vida. Más adelante en la vida, los puños cerrados pueden ser un signo de estrés, miedo o incluso hambre, porque cuando tienen hambre, los bebés tensan todos los músculos del cuerpo.
  • A muchos padres les molesta la acción de golpear la cabeza de su bebé contra la pared, el borde de la cuna o el suelo. Esta acción suele indicar a los padres que el niño está aburrido. Sin embargo, si su hijo sigue golpeándose la cabeza contra el suelo o una pared cuando intenta que se interese por otras actividades, o si no le presta atención, debe informar a su pediatra.
  • ¿Te acaricia o tira de las orejas tu hijo pequeño? No se alarme, no son necesariamente las infecciones de oído las que aterrorizan a los padres. A menudo, los niños pequeños se tiran de las orejas o se las acarician para dormir o para calmarse durante la dentición. ¿O tal vez su pequeño acaba de descubrir que tiene orejas y quiere disfrutar de ellas?
  • Acercar las rodillas al abdomen es señal de molestias abdominales. Tu bebé puede tener gases o estreñimiento. Tienes que ayudarle asegurándote de que, después de cada toma, el bebé duerme la siesta. Puedes acariciar suavemente la barriguita de tu bebé girando los círculos en el sentido de las agujas del reloj con la palma de la mano, o puedes hacer un ejercicio presionando lentamente las rodillas de tu bebé contra su barriguita, aguantando un par de segundos y repitiendo de nuevo los mismos movimientos. Este ejercicio ayuda a deshacerse de los gases acumulados.