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Hasta cinco años: ¡todo vale! Hábitos y cultura de crianza en Japón

Ser padres

Japón destaca en el mundo no sólo por ser uno de los países más ricos y desarrollados. La educación de los hijos en este país se caracteriza por principios poco habituales en Occidente.

En Japón se fomenta la curiosidad de los niños, su plena participación en la sociedad y su aprendizaje sobre el mundo desde una edad temprana. Desde los primeros días, se establece una relación especial entre el niño y la madre. Los primeros años de vida se pasan con mamá, no con papá ni con los abuelos. En Japón, los padres suelen trabajar 6 días a la semana y rara vez ven a sus hijos. La contribución más importante de papá es anunciar el nombre del recién nacido a la familia al séptimo día del nacimiento.

En Japón, no es habitual contratar niñeras porque las madres no se fían de un extraño, así que rara vez confían el cuidado de los niños a sus propias madres, hermanas o tías. No es de extrañar que el vínculo entre un niño y su madre sea especialmente íntimo. En Japón, un niño confía y depende incondicionalmente de su madre. Las madres prestan a sus crías toda la atención posible. Los niños incluso duermen en la misma cama que sus padres, para establecer un fuerte vínculo emocional con el niño y mostrar calidez, positividad y amistad entre las personas. Las madres intentan abrazar al niño lo más a menudo posible para reducir el estrés.

Ser padres no consiste en disciplinar a los niños pequeños, sino en explicarles las consecuencias de portarse mal. El mayor castigo para un niño en Japón es decepcionar o avergonzar a su madre o a su familia. En Japón, los padres se guían por el principio de “aprender de los errores” a la hora de educar a sus hijos. Creen que a los cinco años, un niño debería estar creciendo y aprendiendo sobre el mundo sin la interferencia de los adultos. En Japón, hasta los cinco años, un niño puede hacer cualquier cosa y se le considera un rey. Posteriormente, se educa al niño de forma estricta hasta que, a los 15 años, se le considera igual que un adulto.

Cultura japonesa

La cultura japonesa es única. Los japoneses son personas modestas que valoran y protegen su espacio personal. No se sorprenda si visita un café en Japón y ve mesas con tabiques. Es una forma de que los propietarios de cafeterías protejan el espacio personal de sus clientes.

En Japón, los hábitos de ducha y baño también difieren de los de los países occidentales. Un baño japonés es ligeramente diferente de un baño occidental normal. Suele ser más pequeño pero más profundo. En Japón es obligatorio ducharse antes de meterse en el baño, por lo que la mayoría de la gente utiliza la ducha para ello. Después de ducharte, puedes meterte en la bañera. Tenga en cuenta que el agua suele estar muy caliente: ¡a los japoneses les gusta tanto que la temperatura del baño puede alcanzar los 45 grados!

Una cosa muy importante es que no se puede vaciar el agua de la bañera. Como te has duchado antes de meterte en la bañera, el agua permanece limpia y no se cambia hasta que todos los habitantes de la casa se han duchado. Algunos japoneses utilizan la misma agua para lavarse al día siguiente.

La forma de gestionar las cosas en Japón también es diferente a la de los países occidentales, porque la gente gestiona mucho. Por ejemplo, no hay limpiadores en las escuelas, los alumnos tienen que limpiar sus aulas y baños al final de cada jornada, y alumnos y profesores dedican un par de horas en días concretos a limpiar la escuela y sus alrededores. Esto ayuda a los niños y estudiantes a desarrollar un sentido de la autonomía y la responsabilidad.