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Desarrollo en los primeros 6 meses: ¿qué saltos evolutivos se avecinan?

En los seis primeros meses, aunque parezca que el bebé hace muy poco por sí mismo, vuela a la velocidad de la luz. De la primera regresión del sueño a un estirón, o de un diente que brota a un salto en el desarrollo. A veces se puede pensar que el primer año es un gran salto. Es natural que cambios tan repentinos y grandes puedan afectar mucho al estado de ánimo de tu bebé. Por eso es tan útil tomarse un momento para pensar qué puede estar irritando a tu pequeño. Ser capaces de identificar las causas no sólo nos ayudará, sino que también nos ayudará a superar las etapas más difíciles.

Picos en el espectáculo, también llamados a menudo semanas maravillosas. ¿Has notado alguna vez que una mañana tu pequeño se despierta de la siesta y de repente se comporta, se interesa o arrulla de una manera completamente distinta? ¿Parece que se ha instalado una actualización del sistema operativo? Eso es lo que hacen los saltos evolutivos. Los bebés suelen estar más irritables durante estos periodos porque su cerebro está procesando mucha información nueva, todo en su entorno está cambiando muy deprisa, están intentando entender, comprender y recordarlo todo, y simplemente se cansan y se frustran.

Saber qué saltos evolutivos se están produciendo en cada momento y qué está aprendiendo su hijo en ese momento nos ayudará a identificarlos. Es importante saberlo: los saltos evolutivos empiezan en la fecha de término (no de nacimiento). Si notas un salto, ofrece a tu bebé actividades que le interesen en ese momento y dedica tiempo a “entrenar” durante el día, porque una vez que descubren cosas nuevas que les interesan, quieren entrenar y aprender cada vez más. Así que creemos espacio para que florezca esa motivación intrínseca.

  • Semana 5: sensaciones. Después del primer mes de vida, el bebé se hace más fuerte y poco a poco empieza a interesarse por lo que le rodea. En primer lugar, simplemente a través de los sentidos: lo que sienten sus manos al tocar a su madre, lo que ven sus ojos, los sonidos que oye en su entorno. El entorno está lleno de sensaciones nuevas, y aún hay que percibirlas, procesarlas y absorberlas en la cabeza. En eso consiste el trabajo principal del primer salto evolutivo. En esta etapa, intenta no sobreestimular a tu bebé: elige actividades más tranquilas, juega con un solo juguete a la vez o enséñale sólo un dibujo. Tómate tu tiempo y ve despacio. Tranquiliza a tu bebé en un entorno lo más tranquilo posible y con luz tenue.
  • Semana 8: recidivas. Durante este salto evolutivo, los bebés descubren patrones, texturas y repeticiones. Sombras que bailan en la pared o en el techo, una blusa a rayas o una hamaca de lunares: el niño se interesa cada vez más por los colores, los dibujos, los objetos que se repiten y los sonidos o acciones (a menudo los suyos propios: una mano o un pie en movimiento). Curiosamente, no sólo la vista está activa durante este salto: también descubren cada vez más la repetición en sus otros sentidos. Por ejemplo, agitar la mano con un sonajero: la misma imagen y el mismo sonido una y otra vez.
  • Semana 12: movimiento. De ser un bebé más bien lento y torpe, hacia el tercer o cuarto mes de vida se vuelve más rápido y flexible. Las manitas y los piececitos son cada vez más activos en el aire y se interesan por los juguetes que cuelgan por encima de la cabeza o se colocan cerca. Durante este ejercicio, no sólo se mejora la capacidad de movimiento en sí, sino también la percepción del movimiento en el entorno: una persona que se acerca, un sonido o incluso las entonaciones cambiantes de una voz.
  • Semana 19: la relación causa-efecto. Este salto trata de nuevas conexiones neuronales y de la conciencia de nuestras acciones: si suelto un juguete, se caerá, si grito fuerte, vendrá mi madre, si levanto la pierna, alargaré la mano y moveré el juguete. Y aunque a nosotros nos parezcan acciones básicas, ayudan al bebé a ser más consciente del mundo que le rodea y de su capacidad para influir en su entorno.

Los arrebatos van y vienen, pero ¿qué hacer con un niño pequeño los días normales? No te voy a hablar de las pijamadas, las charlas, la lectura de libros, el ver pasar el mundo y el aburrimiento independiente del bebé, ¡porque seguro que ya lo estás haciendo! En su lugar, compartiré en qué debes fijarte cuando jueguen juntos: qué aspectos de la educación y el desarrollo de tu pequeño puedes observar y cómo facilitar la elección de actividades, juguetes y herramientas que les interesen.

  • 0-3 meses. ¿Parece que el bebé come y duerme? Y aunque a primera vista los más pequeños parezcan exploradores lentos, su desarrollo es muy complejo, incluso con los más pequeños movimientos, miradas y escuchas. Observa cómo su atención se dirige hacia objetos más brillantes, patrones o contrastes, cuánto tiempo pueden mirar sus manos, intentando abrir los puños, y luego golpeando las palmas de las manos delante de los ojos, o cómo poco a poco van comprobando cada vez más con las manos y la boca, y no sólo con los ojos.

En el ecuador del desarrollo de un bebé de 6 meses, estos tres meses sirven sobre todo para reforzar la visión y concentrar la mirada. Poco a poco, los bebés van descubriendo sus manos y aprendiendo a controlarlas, y sus músculos también se van fortaleciendo: prestar especial atención a los músculos del cuello cuando están tumbados boca abajo les ayudará a aprender a sujetar la cabeza con firmeza. Como muestra el primer salto evolutivo, hay un fuerte enfoque en los sentidos, por lo que la cognición oral puede ser muy activa (todo entra en la boca), y los cachorros pueden interesarse de forma aguda y activa por diferentes sonidos.

Prueba con tarjetas contrastadas o un carrusel sobre la cabeza del bebé, con contraste en blanco y negro durante los primeros meses, y luego puedes ir introduciendo más colores, empezando por el rojo. El espejo será siempre una fuente de actividad inagotable: colocado de forma que el bebé pueda verse cuando esté tumbado en el suelo, estudiará su propia imagen y la de su madre, observará cómo se mueve su cuerpo y sabrá qué pensamientos “mueven” sus miembros. Estimula los sentidos dejando que tu pequeño toque y explore diferentes texturas y telas; basta con retazos o ropa de tu armario. Puedes hacer divertidos sonajeros para diferentes sonidos utilizando botellas de plástico usadas y diferentes rellenos: judías, guisantes, guijarros, arroz, etc.

  • De 3 a 6 meses. A medida que el niño crece, también lo hacen su actividad y su movilidad. La motivación intrínseca y la curiosidad de los niños pequeños les anima a aprender a darse la vuelta, sentarse y, de alguna manera, seguir avanzando hacia el objetivo deseado: un juguete o su madre. Las manos también se vuelven más precisas, tanto al agarrar objetos como al juntar las manos en la línea media, intentar pasar un objeto de una mano a la otra o reforzar la coordinación mano-ojo y llevarse todos los objetos de interés a la boca. Los bebés también siguen interesándose activamente por los diferentes sonidos y texturas, desarrollando aún más sus sentidos y aprendiendo sobre el mundo a través de ellos.

La relación causa-efecto aprendida en el cuarto salto evolutivo también dicta muchas actividades nuevas y emocionantes: lanzar, colocar, volcar, insertar, tirar, invitar y manipular objetos de cualquier manera.

En esta etapa del desarrollo de un bebé de 6 meses, ofrézcale juegos con pelotas de diferentes tamaños y texturas: no sólo son divertidas de explorar, sino que hacerlas rodar le ayuda a aprender sobre distancias y trayectorias, y le anima a moverse por sí mismo. La coordinación mano-ojo y la destreza pueden desarrollarse con sonajeros fáciles de agarrar o discos Montessori lastrados. Los mismos sonajeros, cascabeles o pequeñas campanillas se utilizarán tanto para la estimulación auditiva como para explorar la relación causa-efecto, y los bloques para golpear, construir y demoler. Sin embargo, es probable que tú te encargues de construir y los pequeños de demoler. Prueba con libros con solapas o telas, o juegos de “ku-ku” con palmas, bufandas o escondiendo objetos bajo una manta. El desarrollo de los sentidos del tacto puede hacerse de forma divertida presentando a tu bebé agua fría-caliente y helados a diferentes temperaturas (seguras).

Lo más importante es recordar que los niños pequeños están aprendiendo mucho y de forma intensiva, por lo que es importante dejarles descansar, ser independientes y hacer lo que quieran, aunque sólo sea tumbarse y mirar al techo. Te garantizo que en ese momento mi cerebro “explotará”, procesando toda la información que he recopilado durante el día. Y si a veces el bebé no parece estar interesado en todo lo que le ofreces, podría ser señal de que es demasiado para él en este momento. Deja que exploren el entorno, que descubran qué actividad o juguete les interesa. Si observas un poco a tu hijo, a qué actividades o juguetes vuelve una y otra vez, a qué quiere dedicar la mayor parte del tiempo, mantente atento a él y a sus necesidades, esto te ayudará a elegir tanto las actividades como las herramientas.

Autor de este artículo: Miglė Rimeikė

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