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Se dice que los bebés que han estado en el agua durante nueve meses de embarazo siguen sintiéndose muy cómodos en el agua después de nacer. Es popular para enseñar a los bebés a bucear y hacer ejercicio en el agua. ¿Qué opinan los expertos? ¿Qué deben saber los padres cuando van a la piscina con su bebé?

¿En la bañera o en la piscina? 

Lo mejor es bañar a los bebés en su propia bañera, donde el agua se cambia constantemente, no se estanca y no hay desinfectantes adicionales para el agua. En el caso de la piscina, si las mamás están seguras de todos los desinfectantes, confían en el personal, no temen que el niño pueda resfriarse y al bebé le gusta el ejercicio acuático, pueden asistir a las clases de piscina.

Todos los niños deben aprender a nadar: tarde o temprano se convertirá en una tarea para los padres. Sin embargo, hay algunos niños que tienen pánico al agua. Esos bebés no deberían ser torturados ni obligados a nadar. En el caso del baño en casa, se dice que un bebé de 2 meses recuerda un día, uno de 3 meses una semana y uno de 6 meses dos semanas. Por eso, si a tu bebé algo no le gusta o le da miedo, vuelve a intentarlo al cabo de un rato, cuando la experiencia desagradable se haya olvidado. Pero sé creativo. Los bebés y los niños son listos, pero a través de los juegos, los padres pueden hacer que hasta las actividades que más les disgustan resulten simpáticas.

Ventajas e inconvenientes de hacer ejercicio en el agua

La mayor ventaja son las emociones positivas, la comunicación con mamá o papá, el contacto con el entorno. Hacer ejercicio en el agua ayuda a relajarse y a volver al vientre materno, y es una medida preventiva contra los resfriados. Sin embargo, no acelera el desarrollo motor, que es lo que suelen esperar los padres. Además, si se lleva al bebé en brazos o se le sumerge bajo presión, se despiertan temores y el bebé no debe gritar.

Otro gran inconveniente de las piscinas, que también puede acarrear problemas de salud, es la presencia de la bacteria E. coli, causante de la enfermedad infecciosa intestinal tos ferina. Estas bacterias entran en el agua a través de las heces humanas o animales. Los pañales de agua no siempre evitan este problema, y si un niño se ahoga en la piscina, hay que cambiar toda el agua.

Tampoco se recomiendan las actividades en la piscina si el bebé tiene lesiones cutáneas, dermatitis, cicatrices y otras enfermedades. Especialmente en el caso de la dermatitis atópica, después de nadar pueden producirse sibilancias causadas por el rinovirus (una infección aguda de las vías respiratorias superiores que provoca la inflamación de la mucosa nasal y secreción nasal).